Somos como un hormiguero, formamos un equipo consolidado y cada uno colabora con lo que puede. Los pequeños son alucinantes, mientros ellos recortan otros van pegando las piedras en lo alto, Alba no para y dirige todo desde la escalera, bajo el escenario el sexteto remata sus notas en medio de una gran algarabía; el conde de Almaviva se ha disfrazado de soldado y pretende pedir alojamiento en casa de Bartolo -el preceptor y prometido de Rosina-, Bartolo no quiere alojarles y saca un papel que le exime de recoger soldados. En estas aparece un auténtico capitan de la guardia.
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